Hacia 1930 la contaminación consecuencia de los residuos industriales y residenciales vertidos en el Río de Manila eran preocupantes. Con el paso de los años la situación no mejoró. La urbanización acelerada, las viviendas en las orillas del río, la escasa infraestructura para el tratamiento de aguas residuales y los vertimientos industriales tuvieron como consecuencia que para inicios de los años 90, el río estuviera biológicamente muerto.
Durante años, esfuerzos no coordinados para la recuperación del río fallaron. Sin embargo, hace algunos años, las autoridades parecieran haber encontrado una solución que esta mostrando resultados. La estrategia requirió pensar en pequeña escala. En vez de buscar una alternativa que limpiara todo el río, se enfocaron en cada uno de los afluentes, 48 en total.
Con base en esta alternativa se hizo un proyecto piloto en uno de los afluentes del río, el cual tuvo muy buenos resultados. Gracias a ello, el proyecto se ha ido replicando en los demás afluentes.
El éxito del proyecto puede verse como un caso de estudio exitoso, como una lección aprendida para la recuperación del del Río Bogotá. |