«La crisis de vivienda es el mayor reto que enfrentan los Londinenses hoy, con mucha gente – particularmente las generaciones más jóvenes – que está siendo expulsada de nuestra ciudad, por la incapacidad de pagar una residencia». Con estas palabras, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, se refirió a la problemática de falta de vivienda social, en el marco de la presentación de un nuevo instrumento de gestión llamado Supplementary Planning Guidance. 

De acuerdo al reportaje de la Thompson Reuters Foundation, este instrumento plantea que los constructores que cumplan con los requerimientos de producción de vivienda social (30% en suelos privados y 50% en suelos públicos) podrán acceder a beneficios en el procedimiento de aprobación de licencias. En términos generales, la alcaldía promueve que los consejos de los distritos puedan agilizar mediante un «fast track» la aprobación de licencias de los proyectos que cumplan con los requerimientos de vivienda. Sin embargo, aquellos proyectos que no sean capaces de alcanzar los objetivos establecidos, deberán ser sujeto de un estudio de viabilidad financiera por parte de los concejos que podría llegar ser publicado en línea.

Con estas medidas se busca evitar que ocurran hechos como el del proyecto inmobiliario «Battersea», en donde, alegando la inviabilidad financiera del proyecto, recortaron en 40% la producción de vivienda social que se les exigía.

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